viernes, 16 de febrero de 2018

La Gestalt y los grupos

EL SURGIR DE LA TERAPIA EN GRUPO

La terapia en grupo es algo relativamente reciente. Durante la segunda guerra mundial debido a la escasez de recursos y medios para atender a los soldados heridos, se les proporcionaba apoyo psicológico aglutinados por grupos. Se observó que los efectos eran muy positivos y desde entonces esta nueva modalidad divergió en dos escuelas: la escuela "psicoanalítica" y la "lewiniana" de la mano de Kurt Lewin. Lewin fue uno de los miembros de la escuela de la forma o psicología de la Gestalt, que no es lo mismo que la terapia Gestalt que surgiría más tarde.
Lewin, perseguido por los nazis huyó de Alemania a EE.UU donde se dio cuenta que aquí existía otra forma de educar y que la gente cuando se juntaba en grupo era cooperadora y contribuyente a sacar los objetivos del grupo adelante, a diferencia de Europa donde era un sistema menos cooperante, mas jerarquizado y patriarcal que en América.
La tercera corriente o tercer movimiento sería el "humanismo" de los años 60 que se dio en California y se extendió por EE.UU hasta llegar a Europa. Tras las dos guerras mundiales este último movimiento venía a reclamar la utopía y la liberación social.

De esta vertiente nace la "terapia gestalt" cuyo descubridor, así el mismo se atribuye, es Fritz Perls. La gestalt más que una corriente podríamos referirnos a ella como una filosofía de vida, una forma más plena y consciente de estar en el mundo. Es cierto que hoy día la forma en como se hace terapia ha cambiado sustancialmente con respecto a las primeras demostraciones que Perls llevaba a cabo para difundir y dar a conocer su método de trabajo. Existía poca literatura al respecto y el objetivo era provocar una catarsis emocional en el paciente, que quizás pudiera servir a corto plazo pero que no iba orientado a estimular en el sujeto un aprendizaje, ni a estimular el darse cuenta de cómo se da cuenta. Gary Yontef llama a esto la terapia del "bum-bum-bum".

Según Yontef, esta modalidad no hizo ningún favor a la terapia Gestalt que de alguna forma dentro de la corriente humanista nace para hacer frente al psicoanálisis, rechazar la dualidad mente-cuerpo y el concepto de enfermedad mental.

Hoy en día existen grupos de encuentro que se dan lugar en un espacio controlado (laboratorio) y posibilitan el desarrollo y crecimiento personal. Uno de los principios de la gestalt dice: "Que el todo es mayor que la suma de todas sus partes" y por lo tanto en los grupos se manifiesta este principio. El grupo adopta una consciencia colectiva que va más allá que la consciencia individual de sus integrantes. No se trata de una terapia grupal, si no de un trabajo uno-a-uno en presencia del resto del grupo donde el terapeuta trabaja con alguien que desea salir al centro. El resto pueden resonar con dicho sujeto en aquello que comparte e incluso el terapeuta puede movilizar a otros integrantes del grupo para que realicen devoluciones o asuman roles que le sirvan de ayuda en dicho trabajo. Se podría decir que el objetivo individual de cada uno es reencontrarse, coger su propio poder y lugar en el mundo; su identidad. Es como un reentrenamiento del rol familiar que adoptamos para abrirnos paso entre los hermanos, la relación con nuestros padres, etc., y que el grupo nos ofrece la posibilidad de reproducir y darnos cuenta de los mecanismos que utilizamos en su día, quizás algunos hoy obsoletos. 




DINÁMICAS DE GRUPOS

Luis López-Yarto se refiere a la dinámica de grupos como el término que suele aplicarse a los fenómenos que suceden en cualquier momento de la vida de un grupo, así como las distintas técnicas utilizadas en él. 

Todos los grupos terapéuticos atraviesan tres etapas diferenciadas:

1º Orientación: Es la etapa inicial en la que uno llega a un grupo y no conoce a nadie. Los miembros se tantean, no hay roles definidos y se espera que alguien (un líder) les saque de esta situación. Esta fase se vive con mucha angustia.

2º Conflicto: Es una etapa en la que afloran luchas de poder entre los integrantes del grupo o el propio terapeuta. Aquí se establecen los distintos roles como el líder, chivo expiatorio, la vedette, el radar, la víctima, etc.

Armonía: En esta tercera y última etapa los conflictos aminoran y aunque no todos se aceptan entre sí, lo sentimientos están mucho más claros y se aceptan las diferencias.

jueves, 8 de febrero de 2018

De regreso a la integración

Siguiendo el criterio sistémico que abordan los principios de la terapia Gestalt y otros enfoques humanistas, a lo largo de nuestro ciclo vital efectuamos lo que se conoce como: 
"modos de contacto".




Cuando nacemos somos completamente dependientes, no nos podemos valer por nosotros mismos. Los límites entre el "yo" y el "tú" no existen y la relación, principalmente con nuestra madre, es de absoluta confluencia; este modo de contacto es lo que conocemos como "confluencia primaria". Esta fase transcurre durante los primeros 6 meses.
 
A medida que vamos creciendo esa diferenciación se va haciendo progresivamente más nítida y emerge el "yo", que se experimenta como vacío y se nutre de todo aquello que le rodea. He aquí un modo de contacto que se da entre los 6-9 meses al que nos referimos como "introyección". Siempre que contactemos con aquello que nos nutre, las enseñanzas de un maestro, los conocimientos adquiridos de la lectura de un libro, etc., son también modos de introyección. 
 

En la siguiente fase se va ajustando lo normativo a nuestros deseos e impulsos. Hemos de explorar, gatear, curiosear, morder y desafiar los límites para conocer aquello que es aceptado o no. Necesitamos a través de este modo de contacto aprender a interactuar con el medio e ir generando la tensión y la energía de movilización necesarias, aunque esta fase es temprana (9-15 meses) para reconocer esas pulsiones como propias y son atribuidas al "tú", como si el niño se buscase a sí mismo fuera, en el propio ambiente; es lo que se conoce como la "proyección". Posteriormente, cuando realizamos un examen estamos proyectando desde nuestra comprensión y memoria un contenido sobre un papel que posteriormente nos evaluarán, cuando tenemos un bonito gesto con otra persona y podemos expresarle lo importante que es para nosotros, estamos también proyectando.
Hasta aquí todo bien, siempre que sean modalidades de contacto que no trunquen nuestras necesidades, en este caso estaremos hablando de "mecanismos de evitación".
El carácter tiene mucho que decir de todo esto; cuanto más rígido sea el carácter más complicado será efectuar un contacto con sentido, menos conscientes de nuestras necesidades y el potencial queda a merced de la neurosis. Generalmente invertimos muchísimo tiempo en ir a buscar la aguja donde nunca se perdió y eso genera una gran frustración y fatiga al volver a repetir siempre las mismas conductas ante determinadas situaciones.
 
¿Hasta cuándo vamos a soportar nuestra neurosis?


 
He aquí una distribución de los eneatipos del eneagrama con sus pasiones y la fijación que cada uno de ellos ha ido construyendo desde la cognición. Aunque todos los tipos de carácter incurren en muchos mecanismos de evitación, cada eneatipo es más proclive a incidir en uno más que en los otros. La clave no se cierne tanto en tratar de cambiar, ya que el ajuste del carácter es el que es, aunque la toma de conciencia es fundamental para que se flexibilice y hacer que las consecuencias a ciertas acciones impacten menos negativamente en nosotros mismos. Es decir, posiblemente tropecemos siempre en la misma piedra aunque la herida producida por la caída irá siendo cada vez menor.

 
¿Te atreves a desafiar tu propio carácter?